viernes, 26 de julio de 2019

Cuenta en inglés...

...o en el segundo idioma que sepas.

En otras entradas he relatado que a veces, después de una interrupción de mi descanso durante la noche y después de que vuelvo a la cama, cuento hasta 300 o hasta el número que puedo antes de quedarme dormida. Este procedimiento varias veces me ha servido para inducir un sueño lúcido, sin embargo, aunque las variaciones que pueden hacerse con el son infinitas, sólo hasta hace 2 días me animé a modificarlo.

La presencia de Urano en mi casa I ha trastocado mi ritmo circadiano, por eso más que de noche fue en la mañana cuando probé una variación. Me acomodé bien y empecé a contar pero en inglés, que es la lengua extranjera en la que puedo comunicarme mejor después del español. Si bien me expongo a sonidos anglófonos a diario, para que mis conocimientos no se oxiden, son realmente pocas las ocasiones en las que hablo en ese idioma, por lo tanto tuve que hacer un esfuerzo pequeño para terminar el conteo. En el ciclo siguiente experimenté un sueño lúcido, dentro del cual tuve una idea que difícilmente habría tenido despierta. Cuando me di cuenta de que estaba soñando noté la levedad de ese estado de consciencia y, para acentuarlo, se me ocurrió mover mi cabeza de lado a lado. Lo hice de forma enérgica, el resultado fue el esperado. Más tarde, preocupada porque el moverme tanto en el ensueño me hiciese replicar la acción con mi cuerpo físico y me despertara, seguí moviéndome pero más delicadamente lo que me llevó a perder la lucidez.

Más tarde, cuando ya me había despertado del todo, recordé sin esfuerzo que movimientos similares se usan en prácticas toltecas para recapitular en esta realidad, al menos eso es lo que le he oído decir a Sergio Villoldo, un practicante español de esas enseñanzas. Hace años practiqué esta técnica y accedí a recuerdos interesantes de mi niñez, sin embargo no había pensado en ello últimamente.

Sé que contar en inglés o en otro segundo idioma es sólo una forma de modificar la actividad onírica, una con la que me topé sin planearlo y que me hace pensar que las tareas que demandan esfuerzo intelectual activan partes del ser que pueden hacerte experimentar estados modificados de consciencia, más cuando las completas en la frontera que hay entre el sueño y la vigilia.

Ahora me pregunto, ¿podré replicar el efecto?