miércoles, 2 de noviembre de 2022

De la entrada de Plutón a Acuario

Los he pensado mucho pero, sobre todo, me he sentido muchísimo a mí misma, así concluí que lo mejor era escribirles este texto contándoles cómo veo esta época que estamos viviendo.

En mi experiencia de las semanas recientes ha sido patente que quienes llevamos algún tiempo trabajando con nuestros conflictos personales y generacionales, con las herramientas que tenemos a mano, hemos acumulado un capital energético MUY valioso. Los cambios que se vienen produciendo NO son sencillos y muchos apenas empiezan a despertar y a darse cuenta de que algo está pasando pero no saben muy bien qué hacer. Suelen ser esas mismas personas las que se lanzan como lampreas a los primeros focos de luz y de estabilidad que perciben cerca. No es maldad, es ignorancia más que otra cosa pero eso NO justifica que nosotros entreguemos nuestra energía gratis ni barata. Llegar al lugar en el que estamos nos costó muchísimo.

Poder expresar en palabras esto me es posible después de consultar con mi corazón cómo quiero estar cerca de ustedes en este momento. Sí me apetece seguir tejiendo red pero en este momento me siento demasiado sensible para salir a la calle, de hecho de unos días para acá trato de salir sólo de día porque la noche me resulta demasiado densa. Tengo aplazados varios compromisos familiares por la misma razón y prefiero estar en territorio conocido tanto tiempo como me es posible. Últimamente he hecho ejercicios de silencio con más intensidad que antes y me han sido muy útiles para percibir mejor el cambio que sobreviene con la entrada de Plutón a Acuario. Anoche, además, en medio de un insomnio inusual, practiqué por primera vez una meditación para entrar en contacto con la madre oscura de la tradición tolteca. Es una práctica linda e intensa pero que se facilita cuando, como yo, se ha reconocido el papel de Eris y de Lilith en la carta natal, la furia y el miedo, respectiva y resumidamente. Llevo semanas acercándome a mis frustraciones y a las de mi linaje, llevo semanas en un viaje que no tiene vuelta atrás y que no pretendo que la tenga.

En este momento las tentaciones para volver a patrones viejos de comportamiento están muy presentes. El diablo que tienta a Jesús se percibe en cada esquina si se sabe observar, oler, escuchar. No pretendo que todos estén en plan centinela 7 / 24, lo que propongo es que cada quien se haga cargo de sí mismo y que, si lo reconoce en el comportamiento propio, deje atrás la tendencia de salir corriendo a apagar los incendios ajenos por las razones que sean. Sí, sé que parece duro pero es lo que siento necesario en este momento. Hay muchas cosas que siguen sin gustarme de mis reacciones pero a menos que aprenda a responder diferente a los mismos estímulos nunca voy a dejar este bucle gastado del que francamente estoy muy harta. Ahora me siento mucho mejor, más fuerte, más centrada pero eso NO quiere decir que este lista para ir a ayudar a los demás. Quizás parezca una postura dura y egoísta pero francamente no me importa mucho la opinión ajena. La ascensión, el nirvana, la iluminación, o como quieran llamarle, es un resultado personal que no admite sobornos y al que nadie accede por el esfuerzo ajeno.

Expuesta con claridad mi posición propongo una reunión virtual para la otra semana con hora de inicio y de finalización (alrededor de 2, 2 1/2 horas) en la que cada quien comparta lo que le molesta y, sobre todo, las herramientas que está usando para apoyarse a sí mismo, a autocontenerse.